--> La noche se acercaba angustiante, tibia, nostálgica. Sentia una necesidad imensa de llamar a Cuba. Algo no andaba bien en mi corazón. Tenia un gorrión inexplicable. Urgia oir una voz cubana. Eso me passa cuando la tristeza insiste en passear por mis artérias. - El comadante Ramiro Valdez salió para más una reunión me contestó la compañera. No vuelve más hoy por aqui . - Tengo gorrión , le dije. - Todo está bien por acá, chica. Todo bien con ustedes? Pergunto. - Si, nada más esta necessidad de oirles. Hablamos un rato. Colgué el telefono sin tener apaziguado esta sensación de vacio. ni oir la voz segura e tranquila, siempre de una ternura imensa, del Comandante Ramiro. Muchos años nos une desde aquele enero de 1970. Esperaba por la Consul de São Paulo para una visita rápida. Llegaron exaustos despues de un dia intenso de trabajo en Rio. Empezamos a hablar del Comadante en Jefe – nuestro Comadante en Jefe - Fidel. Reiamos de