Vivimos tiempos movidos. Las noticias abruman si no eres capaz de hacer un rastreo previo antes de leer, pero de manera especial antes de opinar. Los momentos convulsos en los estamos inmersos traen a mi memoria los vividos hace años, cuando la gente, la ciudadanía en general menos preparada que la de hoy no sabíamos lo que sucedía a 50Km de distancia, es decir, aquello que sufrían hombres-mujeres-niños donde se podía llegar solo con un carro y un burro, único medio de comunicación. Hoy, no hay excusa, la conexión con el Planeta Tierra es brutal, instantánea. No hay excusa para quienes saben pensar-discernir, tras leer y tamizar las informaciones. Es lamentable corroborar que, a pesar de las comunicaciones, lo que mejor se expande es la mentira, la tergiversación, la forma de presentar los sucesos. NO cual han sucedido y suceden, sino, a beneficio de quienes mal actúan y tienen el poder del capital que les apoya. Algunas de las que se callan y deberían alzar su voz, s